Dicho piurano para avisar que algo pica a lo bestia, de esos ajíes que te dejan la lengua temblando y te sacan lágrima sin pedir permiso. Se usa sobre todo con salsas, ceviches y cualquier cosa con harto ají. Si te lo sueltan, no te hagas el valiente, baja un cambio y busca tu chicha.
"Mano, no le metas más ají al ceviche, ¿ya? Esa salsa tiene un chicote de mono y después vas a estar pidiendo agua como loco."