En Caldas se usa para hablarle con cariño a alguien joven o al menor del parche, ya sea para consentirlo, vacilarlo un poco o echarle un regaño suave sin ponerse intenso. Suena juguetón, cercano y hasta un poquito coqueto según el tono. Es de esas palabras que uno suelta sin pensar y que igual tienen su encanto.
"Vea pues, chiquillo, deje de estar jodiendo al gato y venga más bien que ya está lista la bandeja paisa con aguapanela bien caliente."