En Sinaloa se le dice a alguien chorreado cuando anda bien salado, con una racha de mala suerte que no se la desea ni al enemigo. Todo le sale al revés, pierde hasta lo que no trae y parece que la vida lo trae de bajada. Suena chistoso, pero cuando te toca, arde.
"Fuimos al casino y el Chuy salió bien chorreado: se le acabó la feria, se le ponchó la troca y todavía le cobraron el estacionamiento doble."