Se dice de alguien que ya se volvió bien colmilludo para negociar, regatear o moverse en la compra y venta. No es que sea malo, es que ya aprendió el juego y no le ven la cara. Si te acompaña al mercado, prepárate, porque te saca descuento hasta en lo que no tiene descuento.
"No manches, ese vato ya está convertido en tiburón: fue al mercado de Chetumal y le bajó al señor de las hamacas hasta el envío, y todavía le dieron una bolsita de dulces."