Se dice cuando alguien te suelta promesas y buenas palabras, pero tú ya hueles que no va a mover un dedo. Es como darte largas, marearte la perdiz y quedar bien de boquilla mientras te entretiene con cuento. Vamos, que te está vendiendo humo y tú lo sabes, pero igual te lo tragas un rato.
"El Juanito me juró que venía a ayudar con la mudanza y que traía hasta furgoneta. Ya verás, está dando la longaniza y al final me toca cargar el sofá a mí."