Se usa para decir que alguien está pegadísimo al chisme, a la novela o a la conversación, tan metido que parece que lo tienen en modo libro abierto y nada más existe. Es como cuando estás scrolleando el teléfono y ni escuchas tu nombre. Es una forma moderna y medio burlona de decir que estás embobado.
"Mira a Juana ahí, ebookeaita con el chisme de la vecina, le pasa un terremoto por al lado y ni se entera la carajita."