Se dice para pedirle a alguien que se lance una historia bien contada, de esas que entretienen, dan risa o tienen chisme del bueno. Es como decir: cuéntame qué pasó, pero con sabor a calle y ganas de vacilar un rato. Ideal cuando alguien llega con cara de que trae novela y tú quieres detalles.
"Epa, pana, échame un cuento bueno, que te vi saliendo apurado de la rumba y después nadie supo nada. ¿Qué fue lo que pasó?"