Se dice cuando alguien se pone a exagerar, a meterle cuento y a adornar una historia como si fuera novela. Vamos, que le está echando más tinta de la que aguanta el cuaderno. Sirve para bajarle el volumen a un hablador sin armar pelea, pero dejándole claro que no te tragas el cuento.
"Deje de echar tanta tinta, parcero, si yo estuve ahí. Eso no fue un conciertazo, fueron cuatro gatos y el DJ repitiendo la misma canción."