Se dice cuando alguien se mete a sapear o a copuchar donde no lo han llamado, como olfateando el cahuín ajeno para ver qué pilla. Es esa persona que no puede ver una novedad sin ir a meter la nariz y sacar conclusiones. Bien de patio, bien de barrio, y sí, suele venir con pelambre incluido.
"Oye, ¿cachaste al vecino? Apenas llegó el auto nuevo del Jaime y ya estaba echándole un olorazo, dando vueltas y preguntando cuánto le salió, el sapo."