Expresión muy andaluza para hablar de una siesta larga y profunda, de esas que te dejan doblado en el sofá con la boca abierta y sin saber ni en qué día vives. Suele usarse después de un buen papeo, cuando el cuerpo pide cama sí o sí. Y oye, un buen costillazo a tiempo te arregla la tarde.
"Ni gimnasio ni leches, después del cocido me he echado un costillazo en el sofá que he roncao más que el perro de mi abuela, me he levantao y pensaba que era lunes otra vez"