Expresión muy usada para hablar de una siesta corta pero sabrosa después de comer, casi siempre tirado por ahí bajo una mata, con calorcito y ruido de fondo. No es dormir profundo como de noche, es más bien recostarse un ratico para recargar pilas. Y la verdad, una buena cauchera arregla hasta el peor mal humor.
"Chamo, comí tanto pabellón que casi reviento, así que me eché una cauchera en la hamaca del patio y solo desperté cuando la vecina empezó a gritar por el juego del Caracas"