Se dice cuando te echas una siesta rápida e improvisada, casi siempre con plan playero: te tiras en la hamaca o bajo la palapa y te dejas arrullar por el mar. Es como “me dormí tantito”, pero con sabor caribeño y cero culpa. Ideal para recargar pilas y volver a la pachanga.
"Después de los tacos y dos chelas, me eché una ola bajo la palapa y desperté fresh, listo para regresar al desmadre en la playa."
Se usa para decir que alguien se va a relajar duro, sin remordimientos, como tirarse a la hamaca mental y dejar que el mundo ruede. Es tomarse un descanso largo, vaguear rico, dejarse llevar sin estrés. La imagen es como surfear una ola de pura pereza, y la verdad es que suena bastante tentador.
"Parce, esta semana estuvo pesadísima, mañana me voy a echar una ola brutal, pijama todo el día, Netflix, domicilios y cero responder mensajes del trabajo."