En Honduras se dice de alguien que ya va bien pasado de tragos, medio mareado y con la lengua suelta. No es solo estar bolo, es ese punto en que te ponés intenso, hablás de la vida como si fueras filósofo y te creés el más lúcido del bar. Da risa, pero también da pena ajena.
"Anoche Chepe se puso bien encimado y, con el guaro en la mano, se subió a una silla a dar sermón de amor eterno mientras todos le gritaban que se bajara."