Se dice cuando un lugar o una situación está re picante: hay quilombo, gritos, tensión o un bardo que se está yendo de las manos. La idea es que el ambiente está tan caliente que parece que el rancho se prende fuego. Va perfecto para peleas familiares, reuniones de consorcio o cualquier drama con público.
"Ni te acerques a la asamblea del edificio: se están puteando mal y está que arde el rancho, che."