Se dice cuando alguien se está riendo a lo bestia, sin poder parar, hasta quedar doblado y con lágrimas. Es como “me estoy muriendo de la risa”, pero más bruto y bien de calle. En Chile suena súper natural en juntas con amigos, cuando alguien se manda una talla y deja a todos desarmados.
"El Pancho se mandó una talla tan ordinaria que quedamos cagados de la risa, llorando y sin aire, hasta que apareció la vecina a puro retarnos por el escándalo."
Cuando alguien no puede parar de reír a carcajadas, al punto de quedarse sin aire.
"Fuimos al cine y la película estuvo tan chistosa que terminé llorando. Estaba cagado de la risa con tus comentarios, ¡qué manera de reír!"