Se dice cuando alguien va especialmente arreglado, bien vestido o con un look que llama la atención. Vamos, que aparece hecho un pincel y parece que va a una boda aunque solo baje a por pan. Es una forma graciosa de decir que va impecable y resultón, con ese puntito de exageración que le da la vida.
"Mira a Maricarmen, hoy viene a currar como un aguacate, con el pelo perfecto y la chaqueta nueva. Si se pone más fina, le piden autógrafos en la puerta."