Se usa cuando alguien se pone rojo rojo, ya sea por vergüenza, por calor o porque se quemó al sol como un campeón. Es esa cara encendida que te delata aunque quieras hacerte el tranquilo. Es bastante tierna la expresión, salvo cuando te achicharrás en la playa y quedás como tomate pasado.
"Bo, fui a hablar en la presentación del liceo y me trabé todo, la profe me miraba fijo y yo quedé como un tomate adelante de todo el salón, un papelón bárbaro."