Dicho bien tamaulipeco para cuando alguien anda furioso y acelerado, como trompo dando vueltas y chillando del coraje. Se usa para pintar a una persona que no se controla, reclama, manotea y trae el genio a tope, como si fuera a sacar chispas. No es que esté triste, es puro enojo y descontrol. Y sí, se nota a kilómetros.
"Le dijeron que no había cheve fría en la fiesta y el Beto se puso hecho un trompo chillador, pegando gritos y dando vueltas por toda la casa."