Se usa para decir que alguien está totalmente desorientado, sin idea de lo que pasa ni de por dónde tirar, como un oso plantado en medio del río Duero pensando qué narices hace ahí. Es una forma muy gráfica de remarcar que la persona va sin mapa, sin brújula y con la cabeza hecha un lío importante.
"Le expliqué tres veces cómo llegar al pueblo y aún así el tío acabó en otro valle, más perdido que un oso en el Duero, preguntando a las vacas por dónde se iba."