Forma cachonda y cariñosa de llamar a alguien que se queda en la cama pegado a las sábanas, vagueando sin prisa, como si fuera una sobrasada bien untada y calentita. Se usa mucho en plan familiar o entre colegas para meter prisa sin mala leche. Y sí, da hambre solo de oírlo.
"Venga, Maria, aixeca’t ja, que llevas dos horas haciendo la sobrassada y el cafè se me queda frío, ¡va!"