En Tucumán, cuando alguien habla de una humita no piensa en dieta ligera, piensa en felicidad envuelta en chala. Es ese manjar norteño hecho con choclo rallado, quesillo derretido y condimentos que huelen a casa de la abuela. Se cocina al vapor o al horno y te deja tan lleno como contento, porque la humita es puro abrazo tucumano.
"Ayer en el almuerzo me clavé tres humitas de la tía y casi pido DNI nuevo, estaban tan buenas que hasta el Juancho dejó el celular y se puso a rebañar el plato con pan"