Dicho bien entrerriano para la travesura de gurises que van casa por casa, tocan el timbre y salen disparando antes de que les abran. Es el clásico “timbre y fuga” de toda la vida, pero dicho a la manera local. Inocente, molesto y bastante gracioso cuando no te toca a vos.
"Ayer a la siesta, unos gurises se pusieron a jugar al timbre en la cuadra y salieron rajando cuando don Raúl abrió con cara de pocos amigos."