Se dice cuando alguien promete o asegura algo con un dramatismo brutal, como si estuviera dejando el alma en la mesa. Normalmente va con emoción desbordada o con unas copas encima, así que suena más a juramento de cantina que a plan serio. Vamos, que jura con todo, pero tú igual no le compras la historia.
"Anoche el Rulo juraba hasta las manitas que hoy sí iba a madrugar y ponerse a hacer ejercicio, pero amaneció crudo y ni se levantó por unos tacos."