En Ayacucho se dice cuando amaneces con una resaca brava, de esas que te pasan factura por el tono de anoche. Es el típico día en que te duele todo, te da asco el mundo y juras que no vuelves a tomar. Suena dulce por lo de frutilla, pero en realidad es puro castigo.
"Mano, ayer me fui de largo en el tono y hoy tengo una mañana frutilla horrible, estoy tieso y ni el caldito de gallina me hace el milagro."