Se dice en plan irónico cuando algo es tan difícil que parece de película, como si hiciera falta un milagro para que salga bien. Sirve para hablar de tareas, planes o cambios de hábito que no hay manera de lograr, por más que lo intentes. Muy de tirar la toalla con humor, y sí, tiene su gracia.
"Lograr que Juan llegue a horario es misión imposible, bo. Le ponés alarma, le gritás y cae igual cuando ya se terminó todo."
Se usa cuando algo parece tan difícil que casi ni con milagro se logra, como tratar de que el taxi no te cobre de más o que el micro vaya vacío en hora punta. Es una forma dramática y medio burlona de decir que la tarea está casi perdida desde el inicio, aunque igual uno se lanza por si acaso.
"Hermano, que mi viejo me preste el carro para ir al toque a la fiesta es misión imposible, más fácil que el Misti erupcione mañana."