Se dice cuando alguien sale disparado de un sitio, a toda velocidad, casi que huyendo. Es como “picar los cabos” o “salir escoñetado”, pero con ese toque de que te fuiste tan rápido que pareciera que partiste el piso. Se usa mucho en tono de chiste cuando alguien se asusta o le da pena y se va.
"Apenas el pana gritó “¡llegó la policía!”, el Luis agarró su bolso y partió plancha, ni se despidió ni nada, qué vaina."