Se usa cuando alguien hace una jugada bien viva para conseguir algo, tirando de chamuyo, encanto o pura picardía. Viene de la fama de los tucumanos de ser re ingeniosos y buscarle siempre la vuelta a todo. No es mala onda, más bien un elogio medio en broma, porque si te dicen eso es que la hiciste muy bien.
"El flaco llegó tarde, tiró dos chistes, le sonrió a la profe y encima le puso presente. Ese se pidió un tucumano de novela, boludo."