Se dice cuando vas a la casa de alguien y le tocás el timbre, a veces sin avisar, para caer de visita. Puede ser literal, pero muchas veces es la excusa perfecta para chusmear, pedir algo prestado o enterarte de la novela del barrio. Es ese plan improvisado de: paso un toque y de paso me entero de todo.
"Che, le pegué un timbrazo a la Lili dizque por azúcar y terminé dos horas en la vereda, mate en mano, con el chisme completo del barrio."