Expresión usada cuando a alguien le echan un regaño bien serio y sin adornos, casi como leerle la cartilla pero en versión criolla. Es soltarle un sermón largo, con tono bravo y sin dejar pasar ni un detalle de lo que hizo mal. No siempre es con gritos, pero sí con esa intensidad que te deja pensando en tu vida entera.
"Yo llegué a las tres de la mañana todo happy del rumbón y mi papá me estaba esperando en la sala, cruzado de brazos, listo pa’ cantarme la tabla hasta que se me bajara la pea"
Se usa cuando alguien regaña duro a otra persona, le echa un buen sermón y lo deja bien cuadrado. Es como pasarle lista a todos sus errores y no dejarle pasar ni una. Suele usarse con profes, jefes, papás o cualquier figura de autoridad que se emberraca y se pone seria. Y sí, a veces toca aguantarse que le canten la tabla.
"Parce, llegué tarde otra vez y el jefe me cantó la tabla delante de todo el mundo, casi me hace renunciar del susto."
Expresión usada cuando alguien regaña o llama la atención a otra persona de forma muy directa, sin rodeos y dejando todo clarito. Es como soltarle todo el sermón con nombres, fechas y pruebas. No siempre es con rabia, pero sí con firmeza, y la verdad es que a veces hace falta que te canten la tabla para espabilar.
"Mi mamá me cantó la tabla porque llegué enguayabado, sin un peso y todavía pidiendo plata pa' la rumba del finde"
Expresión usada para advertirle a alguien que le van a dar una buena reprimenda, regaño o jalón de orejas bien serio. Es como cuando tu mamá te pilla haciendo algo malo y ya sabes que te va a caer una bronca de esas que te dejan pensando en la vida. Suena chistoso, pero cuando te la cantan, ríete tú.
"Parce, llegaste a las tres de la mañana sin avisar, prepárese porque su papá le va a cantar la tabla apenas ponga un pie en la casa, y ahí sí no lo salva ni el perro."