En San Luis Potosí se usa perro para hablar de dinero en general, la lana que traes en la bolsa, ya sea cambio, billetes o lo que caiga. Es como decir feria o varo, pero con sabor potosino. Suena chistoso, pero cuando dices que no traes perro es porque la cartera está más vacía que promesa de político.
"Ya armé la carnita asada, pero tú tráete perro porque yo ando más seco que nopal en abril, ni pa’ las chelas me alcanzó."
En Puerto Rico se usa perro para llamar a un amigo bien pana, de confianza, de esos que siempre están al pie del cañón como perro fiel. Suena medio rudo, pero entre panas es cariño puro y vacilón. También se usa para vacilar cuando alguien hace algo loco o se pasa de la raya, y hay que admitir que suena bastante intenso.
"Mira perro, deja el drama, ponte los tenis y cae pa' casa que hoy se bebe y se vacila hasta que salga el sol, después le echas la culpa a tu mai si llegas tarde."
En la CDMX perro se usa como forma de cariño, burla o sorpresa según el tono. Es como decir bro, compa o pana cuando alguien hace algo chido, se pasa de lanza o te deja con la boca abierta. No tiene nada que ver con el animal, es puro barrio y confianza, aunque a veces también trae su toque de carrilla.
"Perro, te mamaste con la peda de anoche, hasta el vecino bien fresita terminó bailando reggaetón en la azotea"