Forma chistosa y bien tolimense de decir que algo es posible, pero con mucha duda, como cuando uno dice que sí pero en realidad piensa que ni de vainas. Se usa para situaciones que podrían pasar, aunque suenen medio locas, y también para vacilar a alguien que está soñando despierto. Y hay que admitir que suena bien sabroso.
"¿Que Juan va a dejar de llegar tarde al trabajo? Mmm, posiblete, pero yo no apostaría ni un tinto por eso"
En Apurímac se usa para hablar del típico que nunca se compromete a nada y siempre responde con un ya voy a ver o quizá, pero al final nunca aparece. Es el maestro de la escapada elegante, el Houdini de las excusas baratas. Suena suave, pero en el fondo todos saben que es más flojo que correa de perro de trapo.
"Oye, invítale al Juan al viaje, pues. No seas sonsa, ese es bien posiblete, va a decir que tal vez y al final se va a quedar en su casa viendo novela con su mamá."