Se usa para vacilar a alguien que se mete a hacer algo que no domina ni de broma, como si de repente se creyera experto. Es como decir que está jugando a ser pro cuando en verdad está más perdido que el hijo de Lindbergh. Y hay que admitir que la imagen del pasticho le da un toque bien sabroso.
"Mira a Pedro todo creído montando un risotto gourmet, se está probando el pasticho y ya dejó la cocina oliendo a quemado y a desastre nivel restaurante de carretera"