En Antioquia se dice cuando, después de la rumba, decides darle el último empujón al aguardiente: terminar la botella, pedir “la última” o seguir tomando aunque ya estabas contento. No es solo beber, es cerrar la noche a lo grande, a veces con más valentía que buen juicio. Y sí, suele acabar en anécdota.
"Ya iban a pedir el Uber y Juan salió con que faltaba un chorrito, que tocaba rematar el guaro. Media cuadra después, todos cantando despechados y buscando empanadas."