Interjección bien venezolana, muy de oriente, para soltar sorpresa, susto o asombro de golpe. Es como decir “¡no puede ser!” o “¡qué vaina!” cuando pasa algo inesperado. Lleva un toque religioso, así que según con quién la sueltes puede sonar fuerte o medio dramática, pero en la calle se usa a cada rato.
"Sangre e' Cristo, chamo, ¿y ese motorizado pasó por la acera como si nada? Casi me deja sin arepa y sin vida."