Se dice del pata que no conoce la palabra dieta y se manda con las papas como si cada almuerzo fuera pachamanca dominical. Es el que siempre pide porción extra, se sabe todas las variedades de papa y las ama en todas sus formas. Básicamente, un devoto total del tubérculo andino, y hay que admitir que tiene su encanto.
"Oye, mira al Juan en el almuerzo comunal, ya va por su tercer plato de papa con ají y sigue firme, ese causa es el verdadero Señor de las papas."