En la CDMX se usa para hablar de alguien que se siente la última Coca del desierto, que se cree guapísimo, carismático o muy acá, aunque a veces no tenga tanto con qué respaldarlo. Puede ser medio burlón o cariñoso, según el tono. Es como decir que la persona va por la vida muy sobrado, muy seguro de sí mismo.
"Ese vato del salón se cree bien chulo nomás porque trae tenis nuevos, pero cuando le hablan las morras se pone más nervioso que cuando le revisan la mochila en el metro"