Dicen que alguien 'es un castillo' cuando tiene una personalidad fuerte y es imponente, como las fortalezas de la región. Vamos, que no se deja amedrentar ni por una tormenta manchega.
"No veas cómo le plantó cara al jefe; la Marga es un castillo de los buenos."
En Salta se usa para hablar de alguien muy difícil de conquistar, que no se abre fácil ni a palos. Es como decir que tiene murallas emocionales altísimas y que no deja entrar a cualquiera. Sirve tanto para temas románticos como para amistades. Y sí, cuando te toca alguien así, te sentís más perdido que turista en la Balcarce.
"Boludo, con María no hay caso, es un castillo, ya le invité empanadas, serenata y ni me clava visto, estoy más afuera que colectivo lleno en hora pico."