Se usa para hablar de un viejo o viejito que es bien lanzado, fresco y sin mucha vergüenza, que se manda sus numeritos como si tuviera veinte. No es solo que sea activo, es que es cara dura para su edad y le importa poco el qué dirán. Y hay que decirlo, igual tiene su gracia cuando no se pasa de la raya.
"El tata del 502 es más patudo que la cresta, se fue a la fonda, se tomó sus chelas, bailó cumbia toda la noche y todavía llegó a la villa pidiendo desayuno."