Se usa para decirle a alguien que siga de largo y no se detenga, ya sea caminando, manejando o hablando. En charla sirve para cortar la vuelta y pedir que vaya al punto, sin tanta novela ni relleno. Suena firme pero no necesariamente grosero, como un: dale, sin miedo, siga.
"Juan ya iba por la historia del perro, la abuela y el aguacate, y yo: siga derecho, mijo, que aquí vinimos fue por el chisme bueno."