Se usa cuando algo desentona feo en una situación, rompe totalmente el ambiente o cae súper fuera de lugar. Es como meter un huayno bien ruidoso en plena fiesta electrónica donde todos están en otra onda. La expresión tiene su gracia porque mezcla orgullo por lo propio con la idea de choque cultural bien random.
"Cuando el profe empezó a hablar de impuestos en plena despedida de promo, sonó como huayno en fiesta y todos se quedaron mirándolo con cara de ¿qué fue?"