Forma bien coloquial de hablar de la plata, la guita, el efectivo que tenés encima. Se usa cuando estás contando monedas o cuando directamente no tenés un mango y andás pidiendo prestado. Es de esas palabras que suenan a billetera flaca, pero con humor, porque si no te reís de la falta de tarasca, llorás.
"Che, fui al súper con ganas de llevarme medio mundo y al final no pude ni comprar un alfajor porque no tenía tarasca ni para el carrito"