Se usa para hablar del típico personaje que se cree el gran jefe del barrio, el mandamás sin corona. Va por la vida dando órdenes, opinando de todo y metiéndose donde nadie lo llamó, como si fuera el dueño del pueblo. A veces da risa, a veces da rabia, pero siempre anda con aires de importancia.
"En la reunión de la comunidad, el Chato se puso bien taytaint, mandando a todos a callar y diciendo cómo debían acomodar hasta las sillas, como si fuera el alcalde de Ayacucho"