Se usa cuando alguien se raja en el último segundo, justo cuando hay que echarle valor y tirar pa'lante. Es como acobardarse cuando la cosa se pone seria y te entra el canguelo. Vamos, que ibas muy chulito y al final te tibiaste y quedaste un poco pringado, aunque a todos nos pasa alguna vez.
"Tenía todo planeado para pedirle salir a Marta en las fiestas, pero me tibié en la última vuelta de la verbena y acabé haciéndome el loco en la barra con un kalimotxo aguado"