Expresión irónica para vacilar a alguien que se arregla demasiado para algo súper cotidiano, como ir a la esquina o a la bodega. Es como decirle que parece que va a casarse en vez de hacer la cosa simple que iba a hacer. Es medio burla cariñosa, pero también un jalón de orejas elegante. Y hay que admitir que la imagen es buenísima.
"Oye, mira al Kevin, se va a la bodega a comprar una gaseosa y se ha puesto su traje de novio, parece que en la esquina lo espera el cura con los padrinos"