En El Salvador se le dice turunco a alguien bien haragán, de esos que se quedan pegados a la pared o tirados en el sillón como si fueran parte del mueble. Es una forma medio burlona de decir que no se mueve, no ayuda y anda sin ganas. Suena regaño casero, pero tiene su gracia.
"Mirá, vos parecés turunco desde la mañana, pegado al sillón y ni un vaso levantás. Mejor levantate, pues, y ayudá a barrer aunque sea un ratito."