Se dice cuando alguien pega una zancada enorme, literal, o cuando avanza a lo bestia en algo, como si fuera a pasos largos en la vida. Puede ser elogio con envidia sana o una cargada amistosa para el que siempre va a mil. Suena bien cuyano y medio exagerado, de esos que pintan la escena al toque.
"Mirá al Nico, mete un zancadón y ya se recibió, y nosotros acá, re tranqui, clavados con el mate y la fiaca en la plaza."