Se usa cuando alguien anda echando la platicada a gusto, sin prisa y bien metido en el chisme sabroso. No es solo hablar, es quedarse pegado ahí cotorreando mientras el tiempo se va volando. Muy de sentarse en la banqueta, sacar los chismes del barrio y seguirle hasta que oscurezca, la neta sí tiene su encanto.
"Oye, ¿y la Lupita? Pues allá anda a la chorcha con las vecinas, ya se sabe todo el chisme del fraccionamiento y todavía ni hace la comida."