Se dice cuando alguien mete un barullo tremendo y deja todo hecho un caos, como una mezcla loca donde nadie entiende nada. Viene de la chanfaina, un guiso donde va a parar de todo un poco, bien revuelto. Es perfecta para cuando alguien complica algo que era sencillo, y encima se hace el inocente.
"No invites a Ramiro al partido de vóley, causa, que siempre arma chanfaina, se pelea con el árbitro, confunde las reglas y al final nadie sabe ni cuánto vamos."