En Atacama, cambucha se usa para hablar de la maña y el ingenio para sobrevivir cuando no hay casi nada. Es apañárselas con lo puesto, improvisar soluciones y salir del paso sin ponerse a llorar. Va de creatividad callejera y aguante, de hacer rendir cada cosa como si fuera oro. Y sí, tiene su orgullo.
"Se cortó la luz y el agua, pero la vecina se mandó la media cambucha: armó una cocina con leña, calentó té y hasta arregló la puerta con alambre."