Se dice cuando alguien se va de juerga tan brava que volver a casa parece viacrucis. Es como decir que la fiesta estuvo tan intensa que el regreso fue eterno, a pie, medio destruido y con cara de arrepentido pero feliz. Es muy de resaca amazónica, y hay que admitir que la imagen es buenaza.
"Ayer el Raúl se fue de tono por el boulevard y terminó caminando hasta la moral, llegó a su jato al amanecer todo chancado, con los zapatos en la mano y riéndose como huevón."